martes, 20 de marzo de 2012

El SME, Calderón y sus documentos secretos

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ha sido, durante dos años cinco meses, una enorme piedra en el zapato del actual gobierno, que está obsesionado en dar un golpe mortal a la creciente resistencia social, imponer su contrarreforma laboral y sacar adelante sus planes privatizadores de la electricidad y la fibra óptica en la zona centro del país, antaño la región más transparente de México, hoy concentradora de 32.7 por ciento del producto interno bruto.

El plan de Calderón contra el SME –diseñado desde la óptica de un golpe de Estado, en un área exclusiva y estratégica para la nación– se propuso eliminar a un sindicato democrático y nacionalista, cuyo contrato colectivo de trabajo resume las mayores conquistas obreras en México. Parte medular de su estrategia aniquiladora consistió en ocultar información, documentos y expedientes, cuyo conocimiento, de haberse hecho públicos desde octubre de 2009, habrían destroncado su criminal proyecto. Sin embargo, como resultado de la heroica lucha del SME, recientemente se logró desclasificar cuatro documentos cuyos contenidos exhiben, pública y legalmente, el cúmulo de mentiras sobre las cuales se buscó sustentar el inconstitucional e ilegal decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro. Vayamos por partes y comencemos a contar la historia.

lunes, 5 de marzo de 2012

“Para vivir mejor” LLENAREMOS DE POBRES ESTA NACIÓN

Quienes se van tras de sí dejan un espantoso tiradero, y quienes pretenden llegar para tomar las riendas nacionales –la misma mierda, pero reciclada– sólo anuncian un mayor costo social. Felipe Calderón se muda de Los Pinos, pero muchos calderonitos de todos los colores y sabores se aprestan a ocupar los mandos gubernamentales para proceder en igual sentido, es decir, más de lo mismo, repetir lo hecho a lo largo de las últimas tres décadas, privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, privilegiar a las minorías y depauperar aún más a las mayorías.

¿Cuánto más aguantará el país y sus silenciosos habitantes, en una nación en la que sólo dos elementos crecen con la misma velocidad: la riqueza de los menos y la miseria de los más? El balance es terrorífico, y como bien apunta el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, el incremento de la pobreza se ha convertido en un hecho incontrovertible, en un problema estructural. Medido por el índice de la tendencia laboral de la pobreza (ITLP, del Coneval), el incremento entre 2006 y 2011 a nivel nacional es de 21 por ciento, lo que demuestra que los programas oficiales de atención a la pobreza únicamente constituyen una aspirina para combatir el cáncer, que se incrementa a paso veloz con el desempleo y la precariedad laboral que enfrentan millones de mexicanos.